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Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «Z», de Zen

La Z es una letra peculiar que marca el preludio del fin. Los diccionarios, por ejemplo, terminan con ella. Nuestro abecedario también. Llegar hasta aquí significa entonces que estamos alcanzando el final de algo. Quiere decir que detrás de esta letra ya solo está el vacío. Sin embargo, más que concluir, estamos cerrando un círculo que podremos volver a recorrer una y otra vez. © Fernando Puche  Estamos cerrando un círculo muy personal, eso es cierto, que aborda los desafíos con los cuales me he ido encontrando a lo largo de mi carrera: afectos, barreras, deseos, ideas, recuerdos, preguntas, sueños… Cuarenta años dan para mucho.  Para mí, cerrar este círculo significa intuir quién soy, aceptar el papel de la fotografía en mi existencia, lograr un cierto equilibrio entre lo deseable y lo posible, tratar de plantearme las preguntas adecuadas y desprenderme del lastre que me sobra. Dicen que el Zen busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional. Yo llevo tiem...
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Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «Y», de Yo

¿De verdad soy yo quien hago mis propias fotos? Lo cierto es que son mis ojos los que miran a través del visor. Así pues, desde fuera cualquiera respondería afirmativamente. No hay duda.  Pero en mi cabeza habitan un buen montón de pensamientos ajenos. Y también imágenes de otros. Soy como un archivador acumulando miles de frases, consejos, visiones y certezas de otras personas. En realidad, no los he robado; llegaron a mi cabeza y decidí darles asilo. Parecen míos y no lo son; hay miles de personas trabajando con idénticos conceptos y convicciones. © Fernando Puche Por tanto, al hacer una foto estoy influido por todas esas ideas y paisajes que pueblan mi cabeza. Si me deshiciera de todo ello no sería yo mismo, sería otro. Al final aprendí a detectar cuanto de mí hay en cada foto hecha y cuanto es foráneo. Lo siguiente es crear fotos que tengan más de mí y menos de los demás. Sabiendo, claro está, que detrás de mis imágenes estoy yo, aunque muestren un poco de musgo pegado a una ro...

«Leica Classic Day»: un interesante programa de actividades

El próximo día 27 de septiembre, dentro de los actos conmemorativos del centenario de la cámara Leica (*), se celebrará en la Leica Store de Madrid, la jornada «Leica Classic Day» y ello entre las 10h y las 20h. Durante la jornada Leica Classic Day podrá contemplarse una colección de cámaras excepcionales que rara vez se muestran al público y que formarán parte de la 47.ª Leitz Photographica Auction , que se celebrará el 22 de noviembre en Viena. Entre ellas destaca la MP black Paint original de 1956, de la que solo existen 141 ejemplares en el mundo, la Leica 250GG con Motor (abajo), una auténtica rareza destinada a coleccionistas muy avanzados y como pieza estrella, se presentará la Leica M-A junto a su objetivo Noctilux, ambos con el número de serie 5000000, que fue entregado al Papa Francisco como regalo en 2024. Todos los ingresos de su venta se destinarán a la institución benéfica personal de Su Santidad. © Leica Entre la serie de charlas y mesas redondas, destacaría: Leica Aukt...

Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «X», de Xenon

El nombre de este gas proviene del griego y significa «extraño». Su presencia en el aire es mínima y, como el resto de gases nobles, es incoloro, insípido e inodoro. A pesar de hallarse en la atmósfera terrestre apenas en trazas, se utiliza en la fabricación de dispositivos emisores de luz. © Fernando Puche  Y uno de esos dispositivos es el flash fotográfico; así que un gas inerte, incoloro, insípido e inodoro terminó haciendo posibles muchas de las fotografías de, por ejemplo, Diane Arbus, que se hizo famosa por su peculiar manera de combinar flash y luz ambiente para retratar a enanos, gigantes, artistas de circo, travestidos y toda clase de personas peculiares, inadaptadas, marginales. Freaks, que diría ella. Desfavorecidas, fuera de lo común, extrañas.  Aunque lo verdaderamente extraño es esa capacidad que tiene la fotografía para sacar de nosotros lo que a veces ni siquiera sabemos que llevamos dentro. Por razones técnicas los eventuales comentarios no deben exceder en ex...

Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «W», de Wolframio

Si pusiéramos juntos cinco cubos del mismo tamaño de litio, aluminio, acero, plomo y wolframio nos costaría identificarlos atendiendo solo a sus diferencias de color. Y es que sería fácil confundirlos. La prueba definitiva la obtendríamos al pesarlos, pues su densidad es notablemente distinta. Su apariencia, por tanto, no serviría para imaginar que el mismo cubo de wolframio pesa treinta veces más que el de litio. © Fernando Puche A la fotografía le ocurre algo parecido. Vemos una imagen y resulta imposible saber cuánto trabajo fue necesario para realizarla. Ni siquiera la tesis conceptual nos informa del esfuerzo que hay detrás de cada obra. No se trata solo de la energía física o intelectual; se trata también de la cantidad de ideas tenidas en cuenta, los argumentos examinados, el número de influencias, las horas dedicadas a darle forma, los cientos de fotos desechadas, las emociones vividas, el nivel de implicación, las ideas descartadas… Estas cosas –habrá más, seguro– constituyen ...

Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «V», de viaje

He comentado en más de una ocasión que durante años las buenas fotos estaban donde mis autores preferidos habían hecho las suyas. Eso significaba viajar mucho y muy lejos. El viaje como parte indisoluble del proceso fotográfico. Alguien dirá que eso no tiene por qué ser así, y le sobra razón. Yo tardé en descubrirlo y, sin embargo, no me arrepiento de nada. © Fernando Puche Comprender que mi obra no podía depender de las distancias fue una liberación, y no ocurrió visitando el Tíbet ni después de un curso de meditación. Fue leyendo en casa, mirando mi obra, preguntándome cómo ir más allá de lo que captaba con la cámara. El monje trapense y teólogo Thomas Merton, por ejemplo, dejó escrito que el verdadero viaje de la vida es interior. Fue así como me di cuenta de que la fotografía es un viaje de autoconocimiento.  Esto no ha de valer para todo el mundo, pero me apetece contarlo porque a mí me aportó un nuevo sentido de la práctica fotográfica. Por razones técnicas los eventuales com...

Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «U», de Umbral

Dedicarse a hacer fotos es ir cruzando umbrales que supuestamente nos conducen a estadios superiores de conocimiento o de repercusión mediática. La primera cámara, esa técnica descubierta en una revista, un porfolio publicado, tu primera inauguración, una foto que por fin te enamora, ese reconocimiento largamente anhelado, el descubrimiento de tu subjetividad… © Fernando Puche La lista podría ser muy extensa, y es que hay demasiadas puertas por abrir para poder atravesarlas todas. Cada uno tiene sus fantasías particulares, sus circunstancias intransferibles, sus propios umbrales. Los itinerarios a transitar son infinitos; tantos como personas intentando realizar una fotografía significativa. La edad me ha enseñado que los mejores umbrales son aquellos que se cruzan para intentar recorrer el camino hasta el final. Hay quienes lo llaman profundizar. Por razones técnicas los eventuales comentarios no deben exceder en extensión las 500/600 palabras. Todos los comentarios están sujetos a mo...